jueves, 30 de mayo de 2013

Las Diosas de cada Mujer. Deméter


Era la diosa de las cosechas, presidía las recolecciones abundantes. Para los romanos fue Ceres (de dónde proviene la palabra cereal). Se la representaba como una bella mujer de cabello dorado y vestida con una túnica azul, o como una matrona sentada.

Parte del nombre significa madre (“meter”).

Deméter es el arquetipo de la madre, representa el instinto maternal, que se realiza a través del embarazo o mediante suministro de alimento físico, psicológico o espiritual a los demás. “Este arquetipo de madre motiva a nutrir a los demás, a ser generosa y a dar, y a encontrar satisfacción como cuidadoras o protectoras”. Pg. 229.

Si la mujer tiene un fuerte arquetipo de Deméter anhela ser madre. “La imagen de la madre y el hijo- representado en Occidente como la Virgen y el Niño- corresponde a una imagen interna que la conmueve profundamente”.


Se puede expresar mediante profesiones de ayuda, y en cualquier relación que en la que pueda nutrir. Este arquetipo no está limitado a ser madre biológica o a alimentar exclusivamente a los propios hijos.

El arquetipo es una fuerza irresistible para quedarse embarazada. Pero si está inconscientemente motivada, puede quedarse embarazada “por accidente”.
Si el aborto es claramente la opción más sensata o responsable, una mujer no-Deméter puede decidir abortar y a continuación sentirse aliviada. Pero si Deméter tiene gran influencia, ésta no puede llevarlo a cabo. Como consecuencia, puede que tenga un hijo alterando así todo el curso de su vida.
Si decide abortar, sentirá agitación y un conflicto interno, durante y después del proceso de decisión y el proceso de llevarlo a cabo. Sentirá pesar en lugar de alivio, o una mezcla de ambos. Se deduce que después de tanta infelicidad, se asegurará de que no le sucede otra vez. “Pero también sucede lo contrario: pasa por ciclos de embarazo, agitación, aborto, depresión, porque el impulso de estar embarazada, una vez frustrado, se vuelve todavía más fuerte” pg. 230.

Alimentar a los demás constituye otra satisfacción para esta mujer. Les gusta preparar grandes comidas para familia o invitados. Las mujeres que se apartan al campo a cultivar sus propios alimentos, cocer pan, envasar frutas y compartirlo con los demás, está expresando el aspecto de Madre Naturaleza de Deméter.

Las madres Deméter se niegan a ceder si está en juego el bienestar de sus hijos. Las llamadas Madres de la Plaza de Mayo, son como Deméter en su perseverancia, se negaban a rendirse y continuaban protestando contra la dictadura, aunque fuera peligroso. “Obstinación, paciencia y perseverancia son cualidades de Deméter que pueden influir a un hombre o una institución poderosos” pg. 232.

Deméter era la madre más generosa. Como muchas mujeres líderes espirituales que han sido consideradas como figuras maternales, como la madre Teresa de Calcuta, o la santa ganadora del premio Nobel de la Paz. Algunas ofrecen alimento y cuidado físico, otras apoyo emocional y psicológico, mientras que otras dan alimento espiritual.
Como este arquetipo representa una fuerza poderosa, si no puede realizarlo, puede sufrir la depresión “del nido vacío”. Si anhela tener un hijo y es estéril, el hijo puede morir o abandona el hogar. Se termina su trabajo de madre sustitutiva y echa de menos a sus clientes o estudiantes. Se aflige y siente su vida carente de sentido o vacía.

Un estudio de mujeres deprimidas hospitalizadas por primera vez entre los cuarenta y cincuenta y nueve años, reveló que las más deprimidas eran las madres muy generosas y muy implicadas. Antes de su enfermedad eran “supermadres” con un largo historial de sacrificios. Si les preguntaban de qué se sentían más orgullosas, todas respondían: “De mis hijos”. Ninguna mencionaba cualquier otro logro propio.
Ella está obsesionada con su sentimiento de pérdida y limitará sus intereses. Sus síntomas son muy similares entre ellas: “sus expresiones faciales, la manera de sentarse, de mantenerse en pie, de caminar y de mirar; la manera cómo expresan el dolor y hacen que los demás se sientan a la defensiva, culpables, enfadados o impotentes” pg. 234.

Cuando Deméter se deprimió, nada creció, y la hambruna amenazó con destruir a la humanidad. Su aspecto destructivo se expresa reteniendo lo que otros necesitan. Una nueva madre gravemente deprimida puede ser un peligro para la vida de su bebé, el personal médico puede diagnosticar “falta de impulso”. Las madres Deméter pueden retener su aprobación a los hijos que crecen y se van independizando de ella.

Las mujeres están cultivando a Deméter cuando consideran si tener un hijo o no, imaginándose embarazadas y teniendo niños. A medida que resulta más maternal y trabaja por serlo, el arquetipo Deméter crece en ella.

La mujer Deméter es nutridota y protectora en sus relaciones, útil y generosa. “Ella proporciona todo lo que se necesita: sopa de pollo, un abrazo de apoyo, dinero para sacar a flote a un amigo,… ““Es sólida y eficaz. La describen como alguien que “tiene los pies en el suelo”.” Suele ser generosa, directa, altruista y leal a personas y principios, hasta poder considerarla obstinada. Tiene fuertes convicciones y es difícil hacerla cambiar de opinión cuando algo o alguien importante para ella está involucrado” pg. 236.

Algunas niñas Deméter mecen a sus muñecos, y les gusta tener en brazos a bebés de verdad, a los nueve o diez años está deseosa de cuidar a los bebés de los vecinos.

La vida de la diosa Deméter también se repite en la vida real. Cuando las niñas Deméter crecen en hogares con madres maternales y padres nada paternales. La niña se identifica con su madre y se desconecta del padre. La actitud del padre puede ser desde el desinterés hasta la competitividad, el resentimiento o incluso malos tratos. La autoestima de Deméter sufre y ella desarrolla una actitud de víctima. O quizás tenga padres inmaduros o incompetentes, y en cuanto tiene suficiente edad tal vez cuide de sus hermanos. Pero si tiene un padre cariñoso y que la aprueba, considerará a los hombres de manera positiva y su deseo de ser una buena madre. Su experiencia de infancia no reforzará su inclinación del arquetipo a convertirse en víctima.

En la pubertad, algunas jóvenes Deméter empiezan a desear quedarse embarazadas. Sin embargo la mayoría no se quedan embarazadas, ya que puede no estar motivada a tener experiencias sexuales tempranas.
Puede que se case joven y tenga familia. Ésto encaja con ellas más que tener una educación o un trabajo. Ella no es ambiciosa, intelectual o competitiva. Sus amigas serán de un gran abanico social y racial.

Tiene tendencia a buscar profesiones de ayuda a los demás. Le atraen las profesiones tradicionalmente femeninas como la enseñanza, el trabajo social o el preescolar. Las mujeres Deméter en una posición de liderazgo o como “madres fundadoras” de una institución, les puede requerir que se quede sin tiempo o energía par nada más. El anhelo de una pareja y de un hijo propio permanecerá insatisfecho. Surgen conflictos en ella, y entre ella y los demás. Los empleados esperan de ella que mire por ellos personalmente, y quedan resentidos y se enfadan si no lo hace.

Ellas no compiten con otras mujeres por hombres o por logros. Cualquier envidia está relacionada con lo niños. Una mujer Deméter se compara desfavorablemente a sí misma con mujeres de su misma edad que son madres. Si no puede tener hijos biológicos, se amarga por la facilidad con la que otras mujeres se quedan embarazadas, especialmente si abortan. En la tercera edad, la envidia puede aparecer de nuevo respecto a los nietos.

Tienen sólidas amistades con otras mujeres Deméter, que se remontan al tiempo en el que fueron madres juntas. Muchas confían más en sus amigas que en sus maridos. Dentro de las familias, mujeres Deméter pueden estar juntas durante generaciones y suelen tener un modelo matriarcal. El modelo madre-hija puede duplicarse con amigas. Una mujer puede adoptar el papel maternal con una amiga tipo Perséfone, indecisa y sin experiencia.

Atrae a hombres que se fijan en mujeres maternales. Es característico que no sea ella quién elige y responda a la necesidad que tiene un hombre de ella. Puede estar con un hombre porque le da pena. Ellas no tienen grandes esperanzas respecto a los hombres, es común que piensen que “los hombres son como niños”.

Un patrón común de pareja es la de Gran madre-hijo/amante. Puede ser un hombre sensible o con talento que se siente incomprendido por los demás. Según ella, el mundo es cruel con él. Ella tolera su conducta, que los demás consideran egoísta o desconsiderada.
Una mujer Deméter puede estar sobrecogida por su apariencia o su talento. Una mujer relataba: “Éra feliz cuidándole. Le mimé hasta convertirle en un desastre” Lo decía con orgullo, más que con amargura.

Sus cualidades la hacen vulnerable a ser utilizada por un “sociópata”, otro tipo de hombre frecuente en sus relaciones. El sociópata actúa bajo la presunción que sus necesidades le justifican para recibir. Es incapaz de intimidad emocional o de sentimientos de aprecio. Su actitud podría simbolizarse por la pregunta: “¿Qué has hecho por mí últimamente?”. Esta relación puede atar la vida de esta mujer y empobrecerla económicamente.
Otro tipo de hombre es el que quiere “una chica como la que se casó con papá”, quiere que sea sensible, cálida, que cuide de él, que vigile que vaya al médico, y organice su vida social.

El único atraído por Deméter que es maduro y generoso  es el “padre de familia”. Él quiere formar una familia y busca una mujer que sea maternal. Es el único que está maduro para cuidar de ella.
Los otros tipos pueden verse amenazados por la idea de los hijos y pueden insistir en que ella aborte. Esta insistencia la hará entrar en crisis respecto a su naturaleza maternal: o bien rechaza al hombre del que hace de madre, o rechaza la maternidad. La elección la hace sentirse como una madre que tiene que elegir sacrificar a uno de sus dos hijos.

Respecto a la sexualidad, no tiene un fuerte impulso sexual. Es cariñosa más que provocativa. Muchas tienen una actitud puritana respecto al sexo. Algunas lo consideran como parte de lo que una esposa provee a su marido.

En relación al matrimonio, quieren casarse para tener hijos. El matrimonio no es primordial para ellas.

Si no puede tener hijos se sentirá estéril. Todas se perciben como buenas madres, pero sean madres buenas o terribles, son siempre absorbentes.

Si sus hijos le manifiestan resentimiento, se siente herida y confusa. No puede ver que haya contribuido a las dificultades de sus hijos.

Algunas madres Deméter  siempre temen que algo malo pueda ocurrir a su hija. Como la hija de la diosa, que fue raptada. Temen la posibilidad de un “rapto” desde que nace. Limitan la independencia de sus hijas y desalientan sus relaciones con los demás. Una madre Deméter puede sentirse culpable de cualquier acontecimiento que tenga un efecto negativo en sus hijos/as.
A veces, los hijos de una madre Deméter controladora están siempre cerca de ella. Si se casan, pueden mantener vínculos con su madre más fuertes que los conyugales.
Otro modelo negativo es el de la madre que no puede decir que no a sus hijos. Hará sacrificios para conseguir lo que quieren sus hijos, o se sentirá culpable. Esos hijos crecen sintiéndose con derecho a una consideración especial y muy mal preparados para adaptarse.

En la mitad de su vida, si no ha tenido hijos, se preocupará porque su reloj biológico se está acercando al límite. Las mujeres no casadas contemplan la posibilidad de ser madres solteras. Si tiene hijos, puede ser inconsciente de la necesidad de organizar el resto de su vida. O tener el impulso de tener un hijo tardío.

En la vejez, pueden entrar en dos categorías. Muchas encuentran gratificante esta fase de su vida. Las que han fortalecido la independencia y el respeto mutuo, y son queridas y respetadas por sus hijos, nietos, clientes… Pero puede acabar considerándose una víctima por decepciones y esperanzas frustradas de los años de la mitad de la vida.

Como dificultades psicológicas, la mujer Deméter debe hacer frente a la diosa una y otra vez, si quiere tomar las riendas de su vida. En lugar de decir siempre “sí”, tiene que escoger cuándo, cómo y quién dar. También cuándo y con quién quiere tener un bebé.

El cansancio, los dolores de cabeza, la subida de presión sanguínea y los dolores de espalda son corrientes en las mujeres Deméter que no saben decir que no, o expresar su enfado cuando tienen excesivo trabajo.
A cualquier cosa que hagan sus hijos puede añadir el mensaje de “no lo has hecho suficientemente bien”, se puede volver posesiva, controladora y constrictiva. Cuando intenta suprimir sus propios sentimientos, empieza a manifestar una conducta pasivo-agresiva. Y tal vez no compre el producto que le pidió su vecina de al lado, no cumple los plazos a los que se comprometió, o llega tarde a una reunión. Sería mejor si pudiera decir que no al principio, porque esa conducta la hace sentir incompetente y culpable.

Si pierde una relación en la que ha sido figura maternal, también pierde su papel de madre, que le había dado un sensación de poder, importancia y sentido a su vida. Si el arquetipo se encuentra en el máximo de su intensidad, la mujer se vuelve incapaz de funcionar y necesita una hospitalización psiquiátrica. Puede que se quede inmóvil y abstraída, o que deambule de acá para allá, retorciéndose las manos y atormentada. Si ella hubiera sabido que era susceptible a la depresión del “nido vacío”, podría haber tomado medidas preventivas. “Desarrollar otras diosas dentro  le proporciona intereses suplementarios, más allá de hacer de madre” pg. 257.

Como maneras de desarrollo psicológico, ella puede negar su conducta pasivo-agresiva, pero sabe que está decepcionada y que se siente deprimida. Si llega a reconocer sus rasgos negativos, cambiar su conducta será una tarea más sencilla. También puede preguntarse cuando le piden tomar otra responsabilidad: “¿Es algo que quiero hacer?”, y “¿Tengo suficiente tiempo y energía?”. Si no ha sido bien tratada, tiene que recuperar la seguridad y animarse a hacerlo saber.
Una mujer Deméter atormentada y deprimida, ha sufrido una pérdida significativa. “Una relación, un rol, un trabajo, un ideal: cualquier cosa que diese sentido a su vida y que ahora ya no tenga” pg. 259. La recuperación es posible. Arriesgarse a tener otra relación es una vía de recuperación. A veces la recuperación ocurre de forma algo misteriosa. Hay unos pocos signos de primavera, de retorno a la vida, y la mujer vuelve a ser ella misma. Emergerá con mayor sabiduría, sabiendo que es posible vivir superando cualquier hecho que le suceda, igual que la primavera sigue al invierno.

Este arquetipo se puede relacionar con el patrón de la Remera o la Sanadora de heridas de Giorgio Nardone.


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