Las tres diosas vulnerables son Hera, diosa del matrimonio,
Deméter, diosa de las cosechas, y Perséfone, o doncella. Estas tres diosas
personifican los arquetipos de los papeles tradicionales de mujeres: esposa,
madre e hija. Están orientadas a las relaciones, su identidad y bienestar
dependen de tener relaciones significativas. Cuando se rompió o deshonró una
relación sentimental las tres sufrieron. Las tres respondieron de una manera
característica: Hera, con rabia y celos; Deméter y Perséfone, con depresión.
Cada una de las diosas vulnerables tiene una fase feliz; una
fase en la que fue escogida como víctima; y una fase de restablecimiento y
transformación. Si la mujer comprende los paralelismos entre ella y las diosas
arquetípicas, tal vez pueda ahorrarse algún sufrimiento. Por ejemplo, Hera,
diosa del matrimonio, puede evitarse dolor si no se permite verse empujada al
matrimonio prematuramente, y puede juzgar el carácter de un hombre antes de
casarse. Deméter, debería estar clara sobre las circunstancias bajo las que se
queda embarazada y tomar precauciones, porque la diosa en ella siente un
instinto maternal irresistible. Perséfone, hará bien en abandonar el hogar,
para tener la oportunidad de evolucionar más allá de ser una hija complaciente
de su madre.
Hera
Hera fue la diosa del matrimonio. Los romanos la conocían
como Juno. Su nombre significaba “Gran Señora”, y su símbolo era la vaca, la
Vía Láctea y el lirio.
Hera fue reverenciada y humillada. Ella, más que ninguna
otra diosa, tiene cualidades positivas y negativas. Su arquetipo, fuerza
alegría y dolor en la personalidad de una mujer.
Cuando Hera es su arquetipo, una novia puede sentirse como
una diosa el día de su boda. En nuestra cultura, las mujeres aún siguen presionadas
por las expectativas de casarse. Y se espera que la gente se establezca en
parejas.
“El arquetipo de Hera proporciona la capacidad de
vincularse, ser fiel, de soportar y atravesar dificultades con una pareja” pg.
195. Sin Hera, la mujer puede tener una serie de relaciones cortas, que
abandona cuando surgen dificultades o cuando desaparece el enamoramiento.
Cuando las mujeres se casan sin “Hera”, parece que “falta algo” en el
matrimonio.
Las ceremonias religiosas de boda son reconstrucciones
contemporáneas de los rituales sagrados de boda.
En relación a la negatividad de Hera, cuando ella descubrió
la infidelidad de su pareja, canalizó su ira contra la otra mujer. Este
arquetipo predispone a las mujeres a desplazar la culpa de su pareja sobre los
demás.
La necesidad de ser más como Hera, llega a algunas mujeres
en los primeros años de la mitad de su vida. Para entonces han tenido varias
parejas o han estado centradas en sus carreras. Si unirse con la pareja no es
un instinto en ella, tendrá que cultivarlo. Sólo puede ser cuando la mujer ve
la necesidad de contraer matrimonio y tiene la voluntad de cumplirlo. Tiene que
decidir cortar con la promiscuidad de Afrodita, o la independencia de Artemisa,
y favorecer a Hera.
Una mujer Hera disfruta haciendo de su marido el centro de
su vida. Los hijos se dan cuenta de ésto: lo mejor guardarlo para él. Y otras
personas también lo notan, ella les deja “en suspenso” hasta que lo consulta
con él.
La niña Hera, puede encontrarse jugando a “mamás y a papás”.
La próxima señal de Hera llegará después, cuando ha pasado de los siete u ocho
años.
Cuando los niños tienen una situación familiar poco ideal,
se pueden volver negativos respecto al matrimonio, Hera sigue con una imagen
idealizada del matrimonio y lo busca como una vía para salir de una mala
situación familiar. Si la relación de sus padres es estable, lo verá como lo
que quiere para ella misma.
En la adolescencia es más feliz si tiene una relación
estable. Anhela la seguridad emocional que deriva de la relación. “Una vez constituye
la mitad de una pareja “a la moda”, organiza reuniones y fiestas, mirando por
encima del hombro a los mortales no emparejados desde las alturas del Olimpo”
pg. 202.
Algunas se casan durante la universidad o justo después,
pero la mayoría de estos compromisos se rompen, y ésta es la primera herida
emocional grave de Hera.
Los estudios no son importantes en sí mismos para Hera. El
matrimonio es la motivación por la que acude a la universidad, o por ser una
parte de su esperada condición social.
Si sigue soltera y le preguntan, “¿cuando te vas a casar?”,
puede resultar muy doloroso para ellas. Ella siente un vacío y una falta de
sentido a su vida que se hacen mayores por las expectativas de los demás.
El trabajo es un aspecto secundario en su vida. Puede que
sea buena en su trabajo y que tenga reconocimiento en su profesión, pero si no
está casada, nada de ésto parece tener importancia para ella. Se está casada,
subordinará su carrera a la de su marido, ayudando a promocionar las
necesidades de él.
En relación a otras mujeres, no suele dar mucha importancia
a la amistad, y por lo general “no tiene una amiga del alma” pg. 204.
Si no está casada, tal vez se ponga deacuerdo con otras
mujeres para ir a lugares dónde pueda encontrar pareja. Una vez tiene una
relación, suele dejar a las amigas de lado.
Ella tiene una costumbre social de cancelar planes con
amigas si un hombre el pide que salga con él.
Una mujer Hera casada se relaciona con otras mujeres
casadas. O considera una amenaza a las mujeres solteras, o las descarta como
simples mujeres sin un hombre. Ella puede abandonar fácilmente a la amiga viuda
o divorciada, si la amiga se queda sin pareja. Las mujeres Hera se distancian
entre sí, para reforzar su idea de que no son nada sin su marido.
La mujer Hera pone en su marido la expectativa de que él la
realizará. Ella se siente atraída por un hombre competente y de éxito. Pero es
frecuente que se case con un hombre que es una combinación de niño (inmaduro) y
hombre poderoso. La inmadurez emocional del hombre puede llevarle a tener
aventuras, que la mujer Hera no puede tolerar. Si ella le toma la palabra, y él
es mentiroso y tiene aventuras, será herida una y otra vez. Las mujeres Hera normalmente
juzgan a la gente por la superficie, así su decepción es proporcional a sus
esperanzas de realizarse y la realidad, y la diferencia puede ser muy grande.
En relación a la sexualidad, va junto con el matrimonio.
Tendrá relaciones sexuales como parte de su papel de esposa. “La idea del “sexo
debido” probablemente surgió por primera vez con las mujeres Hera” pg. 207.
Su estado de felicidad depende de la devoción que su marido
tenga por ella, y de la importancia que él da al matrimonio. Pero atraída por
hombres con éxito, puede que descubra que él está casado con su profesión y
ella se sentirá infeliz. Ella sentirá un vacío emocional. Quizás intente
compensar el vacío con la actividad social, pero la imagen de armonía que
proyectan en público les falta en privado.
Ella es la menos inclinada a pedir un divorcio. Como la
diosa, puede soportar los malos tratos.
Si el marido la deja por otra, se resiste a oír lo que le
está diciendo. Incluso después de un divorcio se puede seguir sintiendo casada
y sufra cuando le recuerdan que no lo está. Puede que pase horas luchando con
el psiquiatra, y la pista es la influencia que el matrimonio tiene sobre ella.
Hay muchos casos de ex maridos acosados por las llamadas de su ex mujer, o
quizás la nueva esposa que se siente enfadada por la intrusión de la ex mujer
en su vida en común.
Suele tener hijos porque va en función del rol de esposa.
Pero no tendrá mucho instinto maternal a menos que Deméter sea un arquetipo
importante en ella. Si tiene hijos y no puede crear un lazo con ellos, éstos
sentirán esta carencia como una falta de amor y algo de abandono emocional. Si
Hera tiene que decidir entre su marido y sus hijos, por norma sacrificará los
intereses de sus hijos para conservar a su marido. Como en un caso de una mujer
adulta que había batallado con su padre durante la adolescencia. La madre nunca
actuó de amortiguador entre ella y su padre, a pesar de lo irrazonable o
absurdo de éste. Ella necesitaba hacerle saber lo dañino se su conducta, y un
día llamó a su padre. Habló a su padre de sus quejas y agravios del pasado, su
madre estaba en la otra extensión telefónica y lo oyó todo. Aunque su padre la
escuchó paciente, la madre reaccionó como si fuera una falta de respeto y
dijo:”!No tienes derecho a hablar así a tu padre!”. Ésta es una reacción típica
de Hera. El hombre es vulnerable y está necesitado de su calor y protección.
En la mediana edad, su vida será mejor o peor dependiendo de
si está casada y con quién. Si hay tensiones en la matrimonio lo empeorará con
sus celos y su posesividad. Si por primera vez sospecha del interés de su
marido por otra mujer, desatará su venganza, poniendo más en peligro el
matrimonio.
En la vejez, el quedarse viuda es su mayor peligro. Puede
pasar del duelo a una depresión crónica. Si siguen juntos, sentirá que su vida
tiene sentido.
Como dificultades
psicológicas, si la mujer se identifica con el papel de esposa, su
felicidad dependerá de la calidad del matrimonio. Muchas mujeres Hera proyectan
una imagen de un marido idealizado, y después se vuelven críticas si no
corresponde a sus expectativas. O pueden “volverse “arpías” cuando le instan a
que cambie” pg. 215.
La mujer Hera atrapada en un matrimonio con un alcohólico o
con alguien que la golpea, puede verse sin salida con el apoyo de la cultura y
las esperanzas de la familia que conspiran para que el matrimonio no se rompa.
Las mujeres Hera juzgan a las demás mujeres y las castigan
por no adaptarse a las pautas de Hera. El “síndrome de Medea” (Medea fue una
mujer mortal que mató a sus hijos para vengarse del hombre por haberla abandonado)
representa la venganza de Hera cuando se siente traicionada. Ella dejará su
familia, traicionará sus valores, y “matará” los lazos familiares si es
necesario. Puede que si se siente traicionada, intente destruir la relación de
los hijos con su marido, y su venganza sea mayor que su amor por sus hijos. La Hera hostil suele hacer daño
a otros, en vez de perjudicar al hombre.
Muchas mujeres Hera divorciadas esperan que su marido pueda
regresar. Aunque a veces pueda ser así, no es lo habitual. Ella tiene que hacer
frente a la realidad, y así podrá llorar la pérdida y continuar.
Si el matrimonio es conflictivo o hay malos tratos o
infidelidad, puede empezar de nuevo y escoger esta vez con sensatez. “En su
nuevo matrimonio, su impulso de ser esposa puede satisfacerse de manera
positiva” pg. 224. También puede abandonar la necesidad de ser esposa o la
esperanza de realizarse por el papel de esposa.
Este arquetipo recuerda a La que busca el Príncipe azul de Giorgio Nardone.
Como desarrollo
personal, una mujer Hera haría bien en resistir el matrimonio hasta que
conozca bastante a su marido. También debe darse cuenta que olvida otras
facetas de su vida que podrían enriquecer su matrimonio. Si reflexiona sobre el
papel de esposa, que la limita, puede ir más allá de ese patrón. Debe ser menos
susceptible a los celos y sus reacciones injustificadas, y dar confianza a su
marido. Si es rechazada, debería contener su rabia e impulsos y canalizar el
enfado. El trabajo mental o manual (arcilla, pintura, escribir) pueden subliminar
su rabia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario