miércoles, 20 de marzo de 2013

La Besadora de Sapos

Nos referimos al cuento o fábula de la mujer que besa al sapo para salvarlo del encantamiento y transformarlo en príncipe.


Se trata de mujeres convencidas de poder transformar con su amor a cualquier tipo de hombre, ya sean físicamente desagradables, poco fiables o peligrosos.


"Pero se sabe que algunas cosas sólo ocurren en los cuentos: no se ha visto nunca un sapo transformarse en príncipe" pg. 45.

Lo que suele ocurrir, al contrario, es que cuántos más besos recibe, el sapo se vuelve aún más "animal". Quizás porque todas estas atenciones les convencen de que están haciendo lo correcto.

Ella quiere ver algo bueno en ese animal, pero que en relidad no existe.


Se parece al patrón anterior "La que Busca el Príncipe Azul", pero le falta el aspecto de la "espera" que caracteriza a éste. Se parecen en la percepción alterada de la realidad y la atracción hacia hombres que sería mejor evitar.


Este patrón está hoy en día creciendo. La mujer que necesita emoción o estímulos fuertes, hoy por hoy no los encuentra en el hombre típico, flojo o sin carácter. Puede así ver en un hombre agresivo o violento, el anhelado hombre fuerte.


Estas relaciones pueden desarrollarse de forma morbosa, y derivar en una especie de Síndrome de Estocolmo.

La dinámica , es la tendencia de la mujer de querer cambiar a la pareja, cosa que no puede evitar, ni puede aceptar que el hombre que desea sea realmente un sapo.

Las mujeres que usan este patrón son por norma, bastante inteligentes y tienen alta autoestima. Es por ésto que se creen capaces de poder cambiar a un sapo en un hombre lleno de buenas cualidades.



Yo conocí a una chica muy guapa, brillante en los estudios, de buena familia que se enamoró del "malo" del barrio. Él la trataba con desdén, y algunas veces le faltaba al respeto. Él era un hombre descuidado, poco agraciado, mal educado y algo peligroso. Un día vió a su chica paseando con otro. Éste era un buen amigo de la infancia. Aunque la trataba con desinterés y desapareciera a menudo, se sintió celoso. Dos días después el amigo estaba en el hospital por una paliza de este "sapo". Ella lo perdonó y quiso ver en él buenas intenciones que en realidad no tenía.



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