"No tiene porqué ser bella, pero es intrigante". “Tiene elegancia, malicia, capacidad de encantar, sonrisa que no se olvida” pg. 52
Puede que sea la que más gusta a los hombres, “porque instiga a ese pecado original que nunca se ha perdido en el alma del hombre”. pg. 52
Su trato es dominante y sensual, que unido a la gracia, la hacen irresistible.
Nardone nos recuerda que este tipo de mujer era el de las brujas de la Edad Media,capaces de seducir a cualquier hombre, eran acusadas de llevar el demonio dentro.
Hoy en día no es así, al menos en Occidente. Otras mujeres, ya no las condenan y pueden envidiar su capacidad de encantar y seducir al sexo contrario.
Una conducta de seducción, si se utiliza como forma de comportamiento de forma abusiva, se puede volver en contra de la mujer.
Puede correr el riesgo de caer bajo otro seductor más hábil que ella, y jugando siempre con fuego puede acabar quemándose.
La seducción se debe saber utilizar y controlar para no llevarla al extremo del paroxismo. Es un arma de doble filo que se debe usar con cuidado,
La mujer puede caer víctima de sus armas y de sus dotes, “como un maga que queda atrapada en su propio encantamiento” pg. 53
El riesgo es la necesidad imperiosa de seducir al otro, debido a que ésto es una parte central de su propia identidad.
Seducir la hace sentir importante y capaz, y puede convertirse en una conducta indispensable.
La evolución de este modelo, puede dar lugar a que la pareja de una seductora viva siempre bajo la sombra de la traición. El hombre puede volverse celoso, ser posesivo o agresivo, y llegar incluso a la violencia.
Otra posible evolución del patrón, es la infidelidad continuada, porque acabe perdiendo el control de ella misma.
“Lo extremamente bello se transforma en feo y una capacidad tan refinada puede convertirse, si no se compensa en delicado equilibrio como cualquier otra virtud, en autodestructiva” pg. 54
Un ejemplo claro de seductora es Marylin Monroe. Ella llegó a decir "odio sentirme como un objeto". Aunque se quejara de su situación, parece que no podía evitar ser el centro de las miradas. Siguió en su lista de conquistas, hasta llegar al presidente de los EEUU. Sufrió adicciones, por causa de su infelicidad y el final de la historia lo conocemos todos.
viernes, 22 de marzo de 2013
miércoles, 20 de marzo de 2013
La Besadora de Sapos
Nos referimos al cuento o fábula de la mujer que besa al sapo para salvarlo del encantamiento y transformarlo en príncipe.
Se trata de mujeres convencidas de poder transformar con su amor a cualquier tipo de hombre, ya sean físicamente desagradables, poco fiables o peligrosos.
"Pero se sabe que algunas cosas sólo ocurren en los cuentos: no se ha visto nunca un sapo transformarse en príncipe" pg. 45.
Lo que suele ocurrir, al contrario, es que cuántos más besos recibe, el sapo se vuelve aún más "animal". Quizás porque todas estas atenciones les convencen de que están haciendo lo correcto.
Ella quiere ver algo bueno en ese animal, pero que en relidad no existe.
Se parece al patrón anterior "La que Busca el Príncipe Azul", pero le falta el aspecto de la "espera" que caracteriza a éste. Se parecen en la percepción alterada de la realidad y la atracción hacia hombres que sería mejor evitar.
Este patrón está hoy en día creciendo. La mujer que necesita emoción o estímulos fuertes, hoy por hoy no los encuentra en el hombre típico, flojo o sin carácter. Puede así ver en un hombre agresivo o violento, el anhelado hombre fuerte.
Estas relaciones pueden desarrollarse de forma morbosa, y derivar en una especie de Síndrome de Estocolmo.
La dinámica , es la tendencia de la mujer de querer cambiar a la pareja, cosa que no puede evitar, ni puede aceptar que el hombre que desea sea realmente un sapo.
Las mujeres que usan este patrón son por norma, bastante inteligentes y tienen alta autoestima. Es por ésto que se creen capaces de poder cambiar a un sapo en un hombre lleno de buenas cualidades.
Yo conocí a una chica muy guapa, brillante en los estudios, de buena familia que se enamoró del "malo" del barrio. Él la trataba con desdén, y algunas veces le faltaba al respeto. Él era un hombre descuidado, poco agraciado, mal educado y algo peligroso. Un día vió a su chica paseando con otro. Éste era un buen amigo de la infancia. Aunque la trataba con desinterés y desapareciera a menudo, se sintió celoso. Dos días después el amigo estaba en el hospital por una paliza de este "sapo". Ella lo perdonó y quiso ver en él buenas intenciones que en realidad no tenía.
Se trata de mujeres convencidas de poder transformar con su amor a cualquier tipo de hombre, ya sean físicamente desagradables, poco fiables o peligrosos.
"Pero se sabe que algunas cosas sólo ocurren en los cuentos: no se ha visto nunca un sapo transformarse en príncipe" pg. 45.
Lo que suele ocurrir, al contrario, es que cuántos más besos recibe, el sapo se vuelve aún más "animal". Quizás porque todas estas atenciones les convencen de que están haciendo lo correcto.
Ella quiere ver algo bueno en ese animal, pero que en relidad no existe.
Se parece al patrón anterior "La que Busca el Príncipe Azul", pero le falta el aspecto de la "espera" que caracteriza a éste. Se parecen en la percepción alterada de la realidad y la atracción hacia hombres que sería mejor evitar.
Este patrón está hoy en día creciendo. La mujer que necesita emoción o estímulos fuertes, hoy por hoy no los encuentra en el hombre típico, flojo o sin carácter. Puede así ver en un hombre agresivo o violento, el anhelado hombre fuerte.
Estas relaciones pueden desarrollarse de forma morbosa, y derivar en una especie de Síndrome de Estocolmo.
La dinámica , es la tendencia de la mujer de querer cambiar a la pareja, cosa que no puede evitar, ni puede aceptar que el hombre que desea sea realmente un sapo.
Las mujeres que usan este patrón son por norma, bastante inteligentes y tienen alta autoestima. Es por ésto que se creen capaces de poder cambiar a un sapo en un hombre lleno de buenas cualidades.
Yo conocí a una chica muy guapa, brillante en los estudios, de buena familia que se enamoró del "malo" del barrio. Él la trataba con desdén, y algunas veces le faltaba al respeto. Él era un hombre descuidado, poco agraciado, mal educado y algo peligroso. Un día vió a su chica paseando con otro. Éste era un buen amigo de la infancia. Aunque la trataba con desinterés y desapareciera a menudo, se sintió celoso. Dos días después el amigo estaba en el hospital por una paliza de este "sapo". Ella lo perdonó y quiso ver en él buenas intenciones que en realidad no tenía.
La Bella Durmiente
Seguimos con los patrones de relación femeninos, es el turno de la Bella Durmiente.
Ésta es una mujer de aspecto agradable, de un ritmo lento y suave, de modales cuidados. "Podrías tomarla por la modelo de un pintor". "En ella todo tien la calma de quién sabe esperar".pg. 37
Es la "espera" la característica común a este tipo de mujer. Está a la espera de que alguien la despierte con un beso.
En la actualidad, podríamos pensar que ésta es una especie de mujer que ha desaparecido, pero la experiencia indica lo contrario.
Por norma, es una chica de buena familia, culta pero no intelectual,"y encarna "el lema" in medio stat virtus"". pg. 37
En la relación con el hombre, la espera es su estrategia.
"Pero no ha tenido en cuenta la desaparición, en la noche de los tiempos, del caballero que la ha de besar y la espera del despertar,muchas de las veces se prolonga tanto que se vuelve insoportable".pg. 38
Si no llega el caballero, la bella se queda con el chico "bueno" que conoció en el colegio, o un buen amigo de tiempo atrás o alguien conocido en el trabajo, etc... Ella "cede" en la cuestión del amor. Se forma una pareja de dos "buenos" chicos que se atiene a reglas familiares y sociales, y se crea una relación sin altos ni bajos. Ésto puede seguir así durante años, pero al primer problema o turbación el equilibrio delicado se puede romper.
Sólo hace falta que la mujer conozca por casualidad a un hombre que despierte en ella sus sentidos arrinconados. Aquello que estaba latente reclama su lugar, y demanda lo que no se había concedido hasta ahora.
"El perezoso, en una increíble metamorfosis, se transforma en un tigresa hambrienta." pg. 38
Ya no hay vuelta atrás. En este punto, transgredir e incluso el adulterio son legítimos. Ella ahora culpa a la pareja con quién había convivido de todos sus males, por tanto cualquier acto es legal.
Por lo general se trata de mujeres de alrededor de los cuarenta años, que han despertado tarde a la pasión y no dudan en echar por tierra todo lo conseguido en años y seguir a ese "amor" que ha sido frustada tanto tiempo.
Muchas veces no encuentra la felicidad añorada, sino soledad y desilusión, aún mayor de la que podía tener antes. Cuando la pasión explosiva termina, (que se debe en gran parte a la receptividad de la mujer más que a las virtudes del hombre), la relación pasa a ser decepcionante.
La mujer inicia así una búsqueda de nuevas presas, buscando al hombre que le encaje. Lo que suele pasar es que la historia se repite, para finalizar su búsqueda encuentra un hombre con quién se sienta segura y protegida y vuelve a una realidad de pareja sin emoción o templada.
A la inversa, si nos referimos al Bello Durmiente, hay pocas diferencias al patrón. Es él quién despierta y traiciona a su "mujercita", que en lugar de "despertar" se encuentra con una lluvia helada. Puede pasar que intente transformarse de buena y moderada, a agresiva y sensual para no perder a su pareja. Pero es ya tarde y todo se vuelve contra ella.
Otra variación al modelo, y también devastadora. Cuando la mujer intercambia al canalla que la ha emocionado o despertado por el noble caballero del beso encantado. Sacrifica su ilusión, y se confía a él. La mujer puede acabar ahora maltratada de aquél que sigue viendo sin mancha y sin pecado.
Yo recuerdo la historia de una chica así. Casada con su novio de la adolescencia, formaban una pareja de chicos buenos. Siempre estaban juntos y aparentemente felices. Un día entra un nuevo compañero en su oficina, y ella se queda embelesada. El nuevo compañero se da cuenta y bromea con ella. Ella se toma sus bromas como una declaración de intenciones, y se enamora locamente. Incapaz de contenerse, al cabo d unos meses declara su amor al nuevo chico, pero él la rechaza. Ahora siente que ha traicionado a su devoto marido. Decide hablar con él de lo que le está pasando, el marido se muestra comprensivo pero le "recomienda" visitar a un psiquiatra. Humillada por su marido y por el psiquiatra que le hacen pensar que "se ha vuelto loca", olvida su corta historia de amor como puede.
Ésta es una mujer de aspecto agradable, de un ritmo lento y suave, de modales cuidados. "Podrías tomarla por la modelo de un pintor". "En ella todo tien la calma de quién sabe esperar".pg. 37
Es la "espera" la característica común a este tipo de mujer. Está a la espera de que alguien la despierte con un beso.
En la actualidad, podríamos pensar que ésta es una especie de mujer que ha desaparecido, pero la experiencia indica lo contrario.
Por norma, es una chica de buena familia, culta pero no intelectual,"y encarna "el lema" in medio stat virtus"". pg. 37
En la relación con el hombre, la espera es su estrategia.
"Pero no ha tenido en cuenta la desaparición, en la noche de los tiempos, del caballero que la ha de besar y la espera del despertar,muchas de las veces se prolonga tanto que se vuelve insoportable".pg. 38
Si no llega el caballero, la bella se queda con el chico "bueno" que conoció en el colegio, o un buen amigo de tiempo atrás o alguien conocido en el trabajo, etc... Ella "cede" en la cuestión del amor. Se forma una pareja de dos "buenos" chicos que se atiene a reglas familiares y sociales, y se crea una relación sin altos ni bajos. Ésto puede seguir así durante años, pero al primer problema o turbación el equilibrio delicado se puede romper.
Sólo hace falta que la mujer conozca por casualidad a un hombre que despierte en ella sus sentidos arrinconados. Aquello que estaba latente reclama su lugar, y demanda lo que no se había concedido hasta ahora.
"El perezoso, en una increíble metamorfosis, se transforma en un tigresa hambrienta." pg. 38
Ya no hay vuelta atrás. En este punto, transgredir e incluso el adulterio son legítimos. Ella ahora culpa a la pareja con quién había convivido de todos sus males, por tanto cualquier acto es legal.
Por lo general se trata de mujeres de alrededor de los cuarenta años, que han despertado tarde a la pasión y no dudan en echar por tierra todo lo conseguido en años y seguir a ese "amor" que ha sido frustada tanto tiempo.
Muchas veces no encuentra la felicidad añorada, sino soledad y desilusión, aún mayor de la que podía tener antes. Cuando la pasión explosiva termina, (que se debe en gran parte a la receptividad de la mujer más que a las virtudes del hombre), la relación pasa a ser decepcionante.
La mujer inicia así una búsqueda de nuevas presas, buscando al hombre que le encaje. Lo que suele pasar es que la historia se repite, para finalizar su búsqueda encuentra un hombre con quién se sienta segura y protegida y vuelve a una realidad de pareja sin emoción o templada.
A la inversa, si nos referimos al Bello Durmiente, hay pocas diferencias al patrón. Es él quién despierta y traiciona a su "mujercita", que en lugar de "despertar" se encuentra con una lluvia helada. Puede pasar que intente transformarse de buena y moderada, a agresiva y sensual para no perder a su pareja. Pero es ya tarde y todo se vuelve contra ella.
Otra variación al modelo, y también devastadora. Cuando la mujer intercambia al canalla que la ha emocionado o despertado por el noble caballero del beso encantado. Sacrifica su ilusión, y se confía a él. La mujer puede acabar ahora maltratada de aquél que sigue viendo sin mancha y sin pecado.
Yo recuerdo la historia de una chica así. Casada con su novio de la adolescencia, formaban una pareja de chicos buenos. Siempre estaban juntos y aparentemente felices. Un día entra un nuevo compañero en su oficina, y ella se queda embelesada. El nuevo compañero se da cuenta y bromea con ella. Ella se toma sus bromas como una declaración de intenciones, y se enamora locamente. Incapaz de contenerse, al cabo d unos meses declara su amor al nuevo chico, pero él la rechaza. Ahora siente que ha traicionado a su devoto marido. Decide hablar con él de lo que le está pasando, el marido se muestra comprensivo pero le "recomienda" visitar a un psiquiatra. Humillada por su marido y por el psiquiatra que le hacen pensar que "se ha vuelto loca", olvida su corta historia de amor como puede.
viernes, 15 de marzo de 2013
La que Busca el Príncipe Azul
Un príncipe azul sería aquél hombre que es bello, bueno, encantador, lleno de virtudes, y con sentido de la responsabilidad.
Se puede aplicar a mujeres con alta auto-estima, porque sean bellas, o porque son inteligentes o tienen otras cualidades sociales, y se creen con la capacidad de poder aspirar alto.
Según Nardone, si antiguamente había pocos hombres así, hoy en día hay muy pocos. Como he comentado anteriormente, “la sociedad actual ha creado unos hombres que tiene muchos derechos y pocos deberes, muchas oportunidades pero pocas responsabilidades”. En palabras de Nardone, “la evolución sociocultural de los últimos decenios ha transformado al fuerte macho tradicional en uno flojo y sin carácter”, “para aspirar a tener el título de príncipe azul deberían ser hombres capaces de hacer sentir la propia compañera constantemente fascinada y protegida” pg. 28
Encontrar un príncipe azul hoy en día es tan difícil como encontrar una aguja en un pajar. La mayoría de estas mujeres después de buscar durante un tiempo se riden y renuncian, se contentan entonces lo que haya disponible para no quedarse solas.
Pero “al primer manto azul que nuestra buscadora vea pasar por su lado, sin importar que tenga ya su princesa o que sea soltero, la pasión por el príncipe se desencadenará inevitablemente de manera irrefrenable” pg.29
Muchas veces no consigue seducirlo, pero si lo consigue, con probabilidad se dará cuenta que el príncipe sólo existía en su imaginación y que no es el hombre que ella anhelaba.
Otra variante, es la de aquéllas mujeres que afirman haberlo encontrado, pero que tienen un percepción alterada de él. Los problemas aparecen cuando llega la inevitable desilusión. Se dan cuenta que su príncipe tiene muchas cualidades, pero que no les proporciona la emoción necesaria y empiezan a verlo como aburrido e insoportable.
En líneas generales, mujeres insatisfechas en relaciones de respeto y protección pero dónde no hay pasión, se encuentran atraídas por hombres que son lo contrario de sus parejas. En muchas ocasiones acaban con canallas, hombres sin escrúpulos, a menudo desequilibrados y puede que hasta peligrosos, con los que las emociones fuertes nunca faltan.
Pero con gusto la mujer se lanza para seguir y transformar a este hombre que la ha “enamorado”.
Hay muchas historias así, yo recuerdo el caso de alguien cercano. Una chica tranquila y educada, responsable, trabajadora y guapa. Después de varios años de relación con su novio, deciden casarse. Hasta ahí todo iba bien, pero una noche de verano conoce a un chico “encantador”. Ella lo encuentra irresistible, se enamora apasionadamente y decide terminar con su futuro marido sin pensarlo. Empieza una relación llena de las emociones fuertes y la pasión que no tenía antes. Afirma “yo pensaba que conocía el amor, pero es ahora que lo he encontrado”.
Pero este nuevo chico, como dice Nardone “de príncipe no tenía ni el manto, ni las botas, ni tampoco el caballo”, más bien era maleducado, desagradable y algo desequilibrado. Aquella relación fue un desastre, llena de problemas y desengaños. Finalmente terminó tras varios años de sufrimiento. Pero ella no se rindió y continuó buscando otros príncipes “parecidos” a éste que había perdido, que la hicieran sentir una “gran” emoción.
miércoles, 13 de marzo de 2013
El Hada
El Hada es esa mujer aparentemente perfecta, es buena chica, simpática, sonriente, amable, dulce, que normalmente tiene un buen trabajo, viste bien,etc.. En su libro Nardone dice,"es aparentemente tan perfecta que casi tendríamos que tener cuidado de no contaminarla".
Pero alguien con tantas cualidades también puede tener problemas de relación con sus parejas.
El punto débil de este tipo de mujer es querer mantener la armonía de la relación a cualquier precio. Tienden a evitar confrontamientos, y pasa por encima de cualquier agravio o abuso. Por su forma de ser, su prioridad es la serenidad en las relaciones. "Todo,como en los cuentos, debe tener un final feliz". G.Nardone pag. 19.
Es comprensible, que estas reacciones van en detrimento de la relación misma.
El hombre o pareja complementario a este tipo de mujer sería alguien no tan bueno. Puede ser un hombre que no tiene las mejores intenciones, agresivo o maleducado, y muchas veces, con tendencia al engaño y la traición.
Este tipo de relaciones se amplían no sólo en la esfera sentimental, también en relaciones de amistad. Puede acabar traicionada y engañada por amigas, ya que despierta envidia por ser tan perfecta.
Es el típico comportamiento de adolescentes, pero puede llegar a la edad adulta si hay un desarrollo de la personalidad más lento.
Ya que le falta el punto de "sana maldad" necesario. Después de ser traicionada o engañada, puede querer volverse "mala" ella también. Normalmente no funciona, porque es algo forzado y artificial. Si no aprende realmente a gestionar la maldad de los otros, su comportemiento "malvado" puede venirle en contra. Y entonces sí habrá motivos para que la tengan como culpable.
Nardone nos cuenta después la historia trágica de una chica "buena" y guapa, traicionada por ser demasiado confiada e inocente.¿Quién no conoce a alguien así? Yo recuerdo la historia de una conocida, perfecta y encantadora, pero a la vez bastante ingenua e inocente. Después de terminar una relación en la que fue tracionada varias veces, encontró a quién sería su marido. Éste ya tenía una amante en otra ciudad,y a pesar de las señales evidentes, ella parecía no querer "ver" nada. Pasaba por alto cualquier indicio, y seguía perfectamente feliz con sus planes de boda. Se casaron y su amante fue invitada a la boda (ella seguía ignorante) con el conocimiento de algunos. Por lo que sé aquella relación continuó así durante varios años. Ella seguía sufriendo el comportamiento de un hombre que abusaba de su confianza y la traicionaba a menudo.
martes, 12 de marzo de 2013
Giorgio Nardone "Los Errores de las Mujeres en el Amor"
Este libro reciente de Giorgio Nardone me parece sorprendente y muy interesante.
Nos explica los diferentes patrones de comportamiento de las mujeres en el amor. Él define diecisiete patrones que ha elaborado después de años de tratar con mujeres. Su propia experiencia personal y en su profesión de psicoterapeuta que le ha supuesto tratar con muchas mujeres, con sus respectivos problemas en el amor.
Gran parte de estos patrones se pueden explicar a través de mitos históricos y literarios de nuestra cultura. Otros son más modernos.
Según Nardone, a través de su propia experiencia fue llegando a conclusiones acerca del comportamiento de las mujeres en las relaciones sentimentales y amorosas. Se dió cuenta que muchas mujeres se complicaban la vida de forma evidente, y quedaban atrapadas en relaciones insanas o insatisfactorias.
Los patrones suelen ser rígidos y se repiten en subsiguientes relaciones, es un estilo personal de relación que se perpetúa aunque se cambie de pareja. Un patrón sería un estilo de afontrar la realidad basado en la propia experiencia de la mujer. Este estilo o patrón,que se va desarrollando a lo largo de su vida, se forma por un conjunto de conductas que le han resultado capaces de producir éxito. Así se irá reproduciendo en situaciones parecidas. Se aplica primero en las relaciones afectivas y luego evoluciona en la esfera de las relaciones amorosas y sentimentales. Tiene que ver con la identidad y el equilibrio personal de quién los utiliza.
Hasta aquí todo bien, el problema está en insistir en este modelo, aunque resulte fallido. Las relaciones evolucionan, y por tanto, los patrones deben evolucionar. Lo que permitió iniciar esa relación, ese primer contacto, debe evolucionar después. Si no se hace, porque el modelo resulta rígido, la crisis llegará inevitablemente.
El mito del "hombre fuerte", que lleva el timón de las situaciones y en las relaciones está desapareciendo, por causa de la sociedad. Los hombres de hoy en día tienen una vida muy diferente a la que tuvieron históricamente, la sociedad y las familias sobreprotectoras han cambiado el rol de los hombres.
La mujer se ha emancipado, y tiene una autonomía y status que no tenía antes. Las mujeres tienen más poder y aceptan más responsabilidades, el hombre está feliz de delegar en la mujer.
Ésto también provoca que las mujeres tengan más peso en la balanza de la relación.
La mujer tiende a ser más autocrítica, tiene la tendencia a analizarse más, a cuestionarse más. Esta característica le da más capacidad en la dinámica de las relaciones afectivas.
Aún así, ambos tienen parte de responsabilidad en esa relación. Digamos que hay una complementariedad que mantiene la pareja unida. "Aunque el peso de la responsabilidad no se pueda dividir en partes iguales, lo realmente relevante es que hay una relación complementaria".G.Nardone pg. 9.
No hay únicos culpables, ni nadie tiene la total responsabilidad. El libro nos dice que aún en los casos de traición, sea por parte del hombre o la mujer, esas personas se complementan para ese tipo de relación.
Y en referencia a la responsabilidad el autor se refiere a Gandhi en su frase: "Si quieres cambiar el mundo, empieza por cambiarte a tí mismo".
Finalmente, no se trata de señalar a la mujer, sino de ofrecerle nuevos recursos y más poder para cambiar.
En el libro se definen uno a uno los patrones, y después se acompañan de una historia real, bastante dramática. La historia es dramática de forma intencionada, para provocar una reacción al lector.
Los patrones que me gustaría destacar:
- El Hada
- La que busca el Príncipe Azul
- La Bella Durmiente
- La Besadora de Sapos
- La Seductora
- La Amazona
- La Bruja
- La Remera/La que Rema
- La Sanadora de Heridas
- Penélope
Algunos modelos son parecidos entre sí, otros son casi opuestos. Es difícil encontrar una mujer que encaje en uno sólo. Normalmente se mezclan varios patrones en una misma mujer, pero que son similares.
por cómo está planteado, me he reído y disfrutado mucho con este libro, aunque las historias que explica son bastante dramáticas. Pero, cómo decía un amigo; "el drama y la comedia son la misma cosa".
Los modelos o patrones son parte de la identidad de la persona, se han formado con el paso del tiempo y tienen su funcionalidad. No se trata de cambiar el patrón, que podría provocar una "crisis de identidad", sino de modificarlo, hacerlo más flexible o añadirle variaciones al modelo.
Explicaré mejor los patrones que he elegido, en otros posts.
Nos explica los diferentes patrones de comportamiento de las mujeres en el amor. Él define diecisiete patrones que ha elaborado después de años de tratar con mujeres. Su propia experiencia personal y en su profesión de psicoterapeuta que le ha supuesto tratar con muchas mujeres, con sus respectivos problemas en el amor.
Patrones
Gran parte de estos patrones se pueden explicar a través de mitos históricos y literarios de nuestra cultura. Otros son más modernos.
Según Nardone, a través de su propia experiencia fue llegando a conclusiones acerca del comportamiento de las mujeres en las relaciones sentimentales y amorosas. Se dió cuenta que muchas mujeres se complicaban la vida de forma evidente, y quedaban atrapadas en relaciones insanas o insatisfactorias.
Los patrones suelen ser rígidos y se repiten en subsiguientes relaciones, es un estilo personal de relación que se perpetúa aunque se cambie de pareja. Un patrón sería un estilo de afontrar la realidad basado en la propia experiencia de la mujer. Este estilo o patrón,que se va desarrollando a lo largo de su vida, se forma por un conjunto de conductas que le han resultado capaces de producir éxito. Así se irá reproduciendo en situaciones parecidas. Se aplica primero en las relaciones afectivas y luego evoluciona en la esfera de las relaciones amorosas y sentimentales. Tiene que ver con la identidad y el equilibrio personal de quién los utiliza.
Hasta aquí todo bien, el problema está en insistir en este modelo, aunque resulte fallido. Las relaciones evolucionan, y por tanto, los patrones deben evolucionar. Lo que permitió iniciar esa relación, ese primer contacto, debe evolucionar después. Si no se hace, porque el modelo resulta rígido, la crisis llegará inevitablemente.
La mujer tiene más poder
El mito del "hombre fuerte", que lleva el timón de las situaciones y en las relaciones está desapareciendo, por causa de la sociedad. Los hombres de hoy en día tienen una vida muy diferente a la que tuvieron históricamente, la sociedad y las familias sobreprotectoras han cambiado el rol de los hombres.
La mujer se ha emancipado, y tiene una autonomía y status que no tenía antes. Las mujeres tienen más poder y aceptan más responsabilidades, el hombre está feliz de delegar en la mujer.
Ésto también provoca que las mujeres tengan más peso en la balanza de la relación.
La mujer tiende a ser más autocrítica, tiene la tendencia a analizarse más, a cuestionarse más. Esta característica le da más capacidad en la dinámica de las relaciones afectivas.
Complementariedad
Aún así, ambos tienen parte de responsabilidad en esa relación. Digamos que hay una complementariedad que mantiene la pareja unida. "Aunque el peso de la responsabilidad no se pueda dividir en partes iguales, lo realmente relevante es que hay una relación complementaria".G.Nardone pg. 9.
No hay únicos culpables, ni nadie tiene la total responsabilidad. El libro nos dice que aún en los casos de traición, sea por parte del hombre o la mujer, esas personas se complementan para ese tipo de relación.
Y en referencia a la responsabilidad el autor se refiere a Gandhi en su frase: "Si quieres cambiar el mundo, empieza por cambiarte a tí mismo".
Finalmente, no se trata de señalar a la mujer, sino de ofrecerle nuevos recursos y más poder para cambiar.
En el libro se definen uno a uno los patrones, y después se acompañan de una historia real, bastante dramática. La historia es dramática de forma intencionada, para provocar una reacción al lector.
Los patrones que me gustaría destacar:
- El Hada
- La que busca el Príncipe Azul
- La Bella Durmiente
- La Besadora de Sapos
- La Seductora
- La Amazona
- La Bruja
- La Remera/La que Rema
- La Sanadora de Heridas
- Penélope
Algunos modelos son parecidos entre sí, otros son casi opuestos. Es difícil encontrar una mujer que encaje en uno sólo. Normalmente se mezclan varios patrones en una misma mujer, pero que son similares.
por cómo está planteado, me he reído y disfrutado mucho con este libro, aunque las historias que explica son bastante dramáticas. Pero, cómo decía un amigo; "el drama y la comedia son la misma cosa".
Los modelos o patrones son parte de la identidad de la persona, se han formado con el paso del tiempo y tienen su funcionalidad. No se trata de cambiar el patrón, que podría provocar una "crisis de identidad", sino de modificarlo, hacerlo más flexible o añadirle variaciones al modelo.
Explicaré mejor los patrones que he elegido, en otros posts.
jueves, 7 de marzo de 2013
Reflexiones sobre el Artículo de Giorgio Nardone
Me gustaría reflexionar sobre el artículo de Giorgio Nardone, en relación a su libro "Pienso, luego sufro".
Nardone habla de cómo nuestra razón nos puede llevar a sabotearnos, a perseguirnos a nosotros mismos o a dudar de forma persistente.
Si nos hacemos un pregunta que no tiene una respuesta racional, nos encontraremos atrapados. Cuántas más respuestas busquemos, más preguntas aparecerán.
Por ejemplo, nos podemos preguntar, "¿ La vida tiene sentido?". No hay una respuesta racional a ésta pregunta, no encontraremos una respuesta racional que nos satisfaga. Si respondemos a ésta pregunta, probablemente surgirán otras.
La necesidad de querer controlarlo todo a través de la razón también nos puede llevar a no poder tomar decisiones a menos que estemos totalmente seguros. No podemos decidirnos de forma rápida, y nos puede llevar a dudar de forma patológica cada vez que nos enfrentamos a decisiones más o menos importantes.
También podemos sabotearnos a nosotros mismos, perseguirnos o ser nuestros propios inquisidores.
En relación a sabotearnos nos podemos preguntar: "¿Seré capaz de hacer ésto?, "¿Soy lo suficientemente bueno?", o otras preguntas parecidas. También podemos perseguirnos preguntándonos, "¿Vale la pena que empieze ésto o aquéllo?" , "¿Tiene sentido que empieze una relación si la anterior no funcionó?" ,ó "¿Todo ésto para qué?,etc... El inquisidor interior que nos dice que siempre tenemos la culpa, de forma que, "¿Habré causado yo que mi relación termine mal?" , "¿Pude haber hecho las cosas de otra forma y así no hubiera terminado mal?, ó "¿Esa persona no me llama por algo que yo le hice?", etc...
Todo ésto nos puede llevar a un diálogo sin fin, en el que ninguna respuesta nos satisface y que nos lleva a seguir preguntándonos.
Nardone nos explica que la solución está en bloquear las respuestas, no las preguntas. Por ejemplo, cuando la pregunta aparece de forma espontánea, tenemos que evitar responder. Las preguntas llegan de forma natural a nuestra mente, es algo natural. Pero si evitamos responder, también bloqueamos otras posibles preguntas.
De esta manera paramos este diálogo interior que nos deja cada vez más atrapados.
Si el monólogo interior es muy intenso, podemos escribirlo en papel. De forma que escribimos: Pregunta-Respuesta, Pregunta-Respuesta,... así hasta que podamos ver que se trata de un sin sentido.
Me parece una sencilla y muy interesante reflexión para mejorar nuestra calidad de vida.
En Amazon tenéis casi todos los libros publicados por Giorgio Nardone, creo que son casi una treintena.
Otro libro reciente de Nardone, muy interesante es, "Los errores de las mujeres en el amor". En este libro nos explica los patrones que siguen muchas mujeres en sus relaciones de pareja, que repiten relación tras relación. De forma divertida nos explica cómo estos patrones, a veces rígidos, lleva a las mujeres a tener relaciones insatisfactorias, o a sufrir varias relaciones fracasadas y parecidas. Publicaré otra entrada sobre éste libro que leí hace unos meses.
Nardone habla de cómo nuestra razón nos puede llevar a sabotearnos, a perseguirnos a nosotros mismos o a dudar de forma persistente.
Si nos hacemos un pregunta que no tiene una respuesta racional, nos encontraremos atrapados. Cuántas más respuestas busquemos, más preguntas aparecerán.
Por ejemplo, nos podemos preguntar, "¿ La vida tiene sentido?". No hay una respuesta racional a ésta pregunta, no encontraremos una respuesta racional que nos satisfaga. Si respondemos a ésta pregunta, probablemente surgirán otras.
La necesidad de querer controlarlo todo a través de la razón también nos puede llevar a no poder tomar decisiones a menos que estemos totalmente seguros. No podemos decidirnos de forma rápida, y nos puede llevar a dudar de forma patológica cada vez que nos enfrentamos a decisiones más o menos importantes.
También podemos sabotearnos a nosotros mismos, perseguirnos o ser nuestros propios inquisidores.
En relación a sabotearnos nos podemos preguntar: "¿Seré capaz de hacer ésto?, "¿Soy lo suficientemente bueno?", o otras preguntas parecidas. También podemos perseguirnos preguntándonos, "¿Vale la pena que empieze ésto o aquéllo?" , "¿Tiene sentido que empieze una relación si la anterior no funcionó?" ,ó "¿Todo ésto para qué?,etc... El inquisidor interior que nos dice que siempre tenemos la culpa, de forma que, "¿Habré causado yo que mi relación termine mal?" , "¿Pude haber hecho las cosas de otra forma y así no hubiera terminado mal?, ó "¿Esa persona no me llama por algo que yo le hice?", etc...
Todo ésto nos puede llevar a un diálogo sin fin, en el que ninguna respuesta nos satisface y que nos lleva a seguir preguntándonos.
Nardone nos explica que la solución está en bloquear las respuestas, no las preguntas. Por ejemplo, cuando la pregunta aparece de forma espontánea, tenemos que evitar responder. Las preguntas llegan de forma natural a nuestra mente, es algo natural. Pero si evitamos responder, también bloqueamos otras posibles preguntas.
De esta manera paramos este diálogo interior que nos deja cada vez más atrapados.
Si el monólogo interior es muy intenso, podemos escribirlo en papel. De forma que escribimos: Pregunta-Respuesta, Pregunta-Respuesta,... así hasta que podamos ver que se trata de un sin sentido.
Me parece una sencilla y muy interesante reflexión para mejorar nuestra calidad de vida.
En Amazon tenéis casi todos los libros publicados por Giorgio Nardone, creo que son casi una treintena.
Otro libro reciente de Nardone, muy interesante es, "Los errores de las mujeres en el amor". En este libro nos explica los patrones que siguen muchas mujeres en sus relaciones de pareja, que repiten relación tras relación. De forma divertida nos explica cómo estos patrones, a veces rígidos, lleva a las mujeres a tener relaciones insatisfactorias, o a sufrir varias relaciones fracasadas y parecidas. Publicaré otra entrada sobre éste libro que leí hace unos meses.
Giorgio Nardone: "Pienso, luego sufro"
Giorgio Nardone: "Es una perversión de la inteligencia creer que la razón lo solventa todo"
Creador de la Terapia Breve Estratégica, y considerado como uno de los mayores exponentes de la llamada Escuela de Palo Alto, este profesional de la psicología lleva más de veinte años solucionando los problemas psicológicos de sus pacientes en su centro de Arezzo (Italia), fundado juntamente con quien fuera su maestro, Paul Watzlawick. Reconocido internacionalmente como uno de los terapeutas más creativos y rigurosos, es autor de casi una treintena de libros. El último, acaba de ver la luz: Pienso, luego sufro.
Su último libro versa, en esencia, sobre la duda patológica. ¿De qué hablamos cuando hacemos referencia a este concepto?
Es cuando un sujeto entra dentro de un laberinto mental, donde la persona continuamente intenta obtener respuestas correctas a través de preguntas mal formuladas. Este laberinto se transforma en una trampa mortal que, en su máxima expresión, que puede llevar a un trastorno obsesivo paranoico y psicótico. Kant decía que antes de pensar en la respuesta, hay que analizar si la pregunta que nos hacemos es correcta.
Nos obsesionamos en obtener la respuesta que nos tranquilice, cuando partimos de una pregunta errónea…
Esa es la trampa. La necesidad de encontrar la seguridad es, a la vez, una imposición para encontrar una respuesta tranquilizadora. Cuanto más busques las respuestas, más surgirán las preguntas.
¿Se trata de una anomalía que la modernidad ha acentuado?
Sin duda, porque la modernidad ha incrementado la idea de que el ser humano puede tener el control de todo. La ilusión de que a través del razonamiento racional yo puedo manejarlo todo crea una confrontación frente a la realidad. Y cuando esto sucede, la persona que la padece se desmorona.
Aunque parezca contradictorio, usted defiende que con la llegada del razonamiento apareció también la duda…
Así es. La duda y el razonamiento racional son complementarios. Si yo busco una respuesta racional a una pregunta que no tiene solución, que es indecidible, entraré en una trampa de la que no podré escapar.
¿Todavía somos víctimas de los postulados de Platón y Aristóteles, quienes apostaban por un control racional de la realidad?
Efectivamente. Aristóteles decía: verdadero o falso, y excluía una tercera posibilidad. Pero en la realidad hay cosas que no son ni verdaderas ni falsas, sino que son las dos cosas al mismo tiempo. Es la paradoja de la ambivalencia lógica. Por ejemplo, tú estás con tu mujer y la quieres mucho. Pero ella, antes que contigo, compartió la vida con otro hombre. Tú le preguntas si le quería, y ella te responde “sí, pero a ti te amo más”. Ahí está la ambivalencia. Lo que dice ella es verdadero y falso al mismo tiempo. En la mayoría de las relaciones afectivas, la ambivalencia es mucho más frecuente que la racionalidad. Y es por esa razón. Cuando quiero resolver un problema basado en la ambivalencia a través de un razonamiento racional, creo una duda patológica.
Conclusión: “De lo que no se puede hablar, es mejor guardar silencio”, como dijo Wittgenstein, al que usted cita.
Naturalmente [risas].
¿Todos podemos ser víctimas de la duda patológica?
Absolutamente, porque es una perversión de la inteligencia. La ilusión de creer que la razón lo solventa todo es una perversión de la inteligencia. A más inteligente la persona, más riesgo tiene de caer en la trampa.
Entonces, ¡viva la ignorancia!
¡No! Los ignorantes tienen la misma cantidad de dudas patológicas que las personas inteligentes. Lo que pasa es que se hacen preguntas más simples, pero caen en el mismo problema. Te pondré un ejemplo. Un hombre le dice a su mujer: “Me voy con los amigos de borrachera”. Y la mujer le contesta, “diviértete cariño” [risas]. El hombre pensará, “¿cómo es posible que mi mujer me de esa contestación?”. Es una paradoja, ¿no? Por tanto, no es un canto a la ignorancia lo que digo. Precisamente, para salir de la duda patológica se necesita un salto lógico que requerirá inteligencia. Porque para convivir con la lógica de la ambivalencia se necesita no sólo inteligencia, sino también una flexibilidad mental y una capacidad de mirar las cosas desde diferentes perspectivas.
¿Qué problemas acarrea ser víctima de la duda patológica?
La persona que la padece necesita estar tan segura antes de tomar una decisión que acaba por ser incapaz de decidir algo rápido. Este sería el primer efecto. Dicha realidad puede conducir al segundo efecto: la incapacidad de tomar decisiones. Y si el problema persiste, la situación se puede complicar patológicamente hasta llegar a la total invalidación de la persona.
La duda patológica adopta multitud de formas. Usted hablaba de la perversión de la razón, de la inteligencia, pero estaría también la figura del inquisidor interior…
Así es. El inquisidor interior es el que te dice que “tú siempre eres el culpable de todo”. También existe el saboteador interior. Es el que te va diciendo que no estarás a la altura de la circunstancias, “que no tienes suficiente capacidad”. Y el perseguidor interior es el que defiende que “tarde o temprano las cosas irán mal”. Todas ellas son formas de duda patológica. Este descubrimiento deriva del estudio de las estrategias que nosotros llevamos a cabo desde hace muchos años. Descubrimos cómo el problema trabaja a través de la estrategia que lo soluciona. La solución que resuelve el problema indica cómo éste se estructura. Esto conlleva que utilicemos diferentes estrategias para resolver las diferentes formas de duda patológica.
¿Y todos tenemos ese inquisidor, ese saboteador interior?
Efectivamente. Ya sea el inquisidor, o el saboteador, o la perversión de la razón. No tenemos la capacidad de hacerles frente si no tenemos en cuenta el equilibrio que debe haber entre las preguntas y las respuestas. Cuando aparece una duda que no tiene solución, ninguna respuesta la bloqueará.
Para invalidar la duda patológica, usted sugiere bloquear la respuesta que nos damos. ¿Por qué no la pregunta?
Cuantas más preguntas intentes bloquear, más preguntas crearás. Si yo me opongo a la pregunta, surgen más. Si yo, por el contrario, acepto la pregunta e intento bloquear la respuesta, atenuaré, inhibiré, la pregunta. La respuesta depende de ti, la pregunta no, simplemente surge, aparece.
Y cómo hacer frente a una duda que se ha convertido ya en obsesión y que nos corroe por dentro…
Primero, intentamos explicar a la persona la trampa en la que ha caído. Una vez hecho esto, explicamos las dos posibilidades que hay. La primera, bloquear la respuesta para inhibir la pregunta. Si la persona no es capaz de llevarlo a cabo, pasamos a la segunda opción. Se trata de escribir el desesperante diálogo interior que acosa a la persona: duda, respuesta, duda, respuesta… A medida que van escribiendo, son más capaces de bloquear las respuestas para inhibir las preguntas. Es una estrategia que funciona.
Si practicamos esta gimnasia mental que usted propone, ¿acaba uno por automatizarla?
La psicología aspira a encontrar el estado de tranquilidad total, pero no existe. Tú puedes ser el mejor en el control de tus emociones, con esta gimnasia mental de bloquear las respuestas para bloquear las dudas que surgen, pero cuanto más inteligente seas, más problemas te surgirán para que los intentes resolver. Einstein escribió: “Mayor es mi capacidad de descubrir, más misterios me van surgiendo”. No hay tregua. En las artes marciales chinas, hay una imagen bonita que lo explica. Se enfrentan los dos mejores maestros. Uno tiene una técnica de ataque, el otro la anula con una buena defensa. El primero utiliza otra, el segundo vuelve a neutralizarla. Una nueva llave recibe la misma respuesta… y así hasta el infinito. Estamos predestinados a bregar con nosotros mismos hasta el final de nuestros días.
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Psicología Y Autoayuda
A través de este blog pretendo seleccionar artículos o libros, lecturas sobre Autoayuda y Psicoterapia.
Mi motivación general es la profundizar en el conocimiento de nosotros mismos y para así poder mejorar nuestra calidad de vida.
Empezaré con Giorgio Nardone, psicoterapeuta italiano que me ha inspirado mucho.
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