miércoles, 12 de junio de 2013

Las Diosas de Cada Mujer. Afrodita

Afrodita era la diosa del amor y la belleza, los romanos la llamaron Venus. Era el tema favorito de escultores, que la representaron parcialmente vestida o desnuda, dejando ver un cuerpo grácil y sensual (por ejemplo, la Venus de Milo o la Afrodita de Cnidos, que son copias romanas).

Se la asociaba con las palomas, los cisnes, y las flores, especialmente las rosas. Con los frutos, las manzanas doradas y las granadas.

Este arquetipo rige el disfrute del amor, la belleza y la sexualidad y la sensualidad en la mujeres.

“Cualquier mujer que se enamora de alguien, que a su vez, está enamorado de ella, es en ese momento la personificación del arquetipo de Afrodita” pg. 311. Se transforma de común mortal en la diosa del amor, se siente atractiva y sensual. Si Afrodita está presente como arquetipo principal, ella se enamora con facilidad. Tiene atractivo sexual, y sube el “voltaje” en un campo cargado de erotismo.

En culturas dónde se degrada la sensualidad y sexualidad de las mujeres, se la considera una tentadora o prostituta. Pueden ser condenadas al ostracismo. En los países islámicos siguen sufriendo pena de muerte.

Cuando dos personas se enamoran, se ven la una a la otra bajo una luz especial (luz dorada de Afrodita). Se evoca el estado de encantamiento, y hay una magia que flota en el aire. Se crea una “electricidad” erótica, que produce una atracción magnética. Las sensaciones se vuelven más intensas: “oyen la música con más claridad, las fragancias pueden distinguirse mejor, se acrecienta el gusto y el tacto del amante” pg. 313.

Hay dos vías por las que este arquetipo entra en la conciencia. La primera, es una aparición espectacular y sobrecogedora. Se siente lo sexual como una respuesta instintiva, que no tiene que ver con amar al hombre o con gustarle. Una vez que han sentido el poder de Afrodita, muchas jóvenes se sienten atraídas hacia la intimidad sexual. Una de ellas comenta: “Hacía como que disfrutaba de la cita, cuando lo que en realidad quería era la parte sexual de la misma”.
La segunda vía es a través de una relación. El aumento de la confianza y del amor, junto que la reducción de la inhibición, “anunciado por el primer orgasmo al hacer el amor y por un nuevo deseo de intimidad física” pg. 314.

Afrodita representa el impulso de asegurar la continuación de la especie. A diferencia de Deméter, una mujer Afrodita tiene un bebé a causa de su deseo por un hombre o de su deseo de tener experiencia sexual o romántica. Ella susurra no utilizar medios anticonceptivos porque podría desvirtuar la pasión del momento. “Hacer caso a la diosa aumenta el riesgo de un embarazo no deseado” pg. 315.

Afrodita representa una gran fuerza para el cambio. “A través de ella fluye la atracción, la unión, la fertilización, la incubación y el nacimiento de una nueva vida”. El proceso creativo es parecido, un artista descubre que todos sus sentidos son potenciados mientras trabaja en el resultado final. A veces, los dos aspectos, el creativo y el romántico se dan en la misma mujer. Ella se compromete en relaciones intensas, pasando de una a otra y dejándose absorber por su trabajo creativo. Sigue cualquier cosa que le fascine y puede llevar una vida poco convencional.

Cultivar la agudeza de percepción y una atención centrada en el aquí y el ahora, invitan a Afrodita. Los terapeutas sexuales enseñan a “centrarse en la sensación”, sumergirse en el momento, y no preocuparse por un objetivo.

Mucha gente juzga la búsqueda de amor y la belleza como algo frívolo o pecaminoso. Esto sucede cuando las personas sienten una prohibición contra el placer, el juego y otras “actividades” no productivas, lo mismo que contra el sexo.

Cuando la mujer ve el valor de Afrodita, da un paso mental fundamental para desarrollar el arquetipo, y después necesitará darse tiempo. Cultivar el arte, la poesía, la danza o la música sirve al mismo objetivo en el campo estético. Estar completamente absorta en una experiencia, a partir de la cual puede surgir algo nuevo.

Mujeres con curvas, pelo rubio y “sexy”, como Marilyn Monroe o Lana Turner han personificado a Afrodita. Pero esta mujer es más reconocible por su atractivo, que por su apariencia. El arquetipo crea un carisma, que combinado con sus atributos físicos hacen de una mujer “una Afrodita”.

“Muchas mujeres de aspecto más bien ordinario con cualidades de Afrodita atraen a los demás con la calidez magnética de sus personalidades y su sensualidad natural y espontánea” pg. 318. Estas mujeres corrientes siempre parecen tener hombres en sus vidas, mientras que otras chicas más guapas pueden quedarse sentadas esperando una llamada o una invitación, preguntándose: “¿Qué tiene ella que no tenga yo?”.

De niña, puede haber tenido una sensualidad inconsciente o un interés por los hombres, que hacía a los adultos preguntarse: “Esperad a que crezca y será una rompecorazones”. No suelen ser niñas tímidas, y disfrutan siendo el centro de atención. Tienen prisa por crecer, vestirse y llevar maquillaje. Algunas jóvenes son “pequeñas ninfas”, que disfrutan del su poder de atracción que tienen con hombres mayores que responden a sus coqueteos.

Algunos padres potencian el atractivo de sus hijas, y se centran en éste por encima otras cualidades. Cuando la niña se hace adolescente, sus padres pueden actuar de forma muy diferente. Puede que la alienten de forma encubierta a ser sexualmente activa, pero después la castiguen. Algunos padres se pueden volver estrictos y se niegan a que tengan citas con chicos, o se vuelven muy controladores. Otros padres mantienen una actitud de seducción.
Las madres pueden volverse estrictas también, y controlar la forma de vestir de sus hijas y los amigos de éstas. “Pueden desarrollar una “mentalidad carcelaria” hacia sus hijas Afrodita” pg. 320.

Otras madres reaccionan con una actitud competitiva hacia sus hijas, celosas de su juventud, las desprecian o hacen comparaciones no favorables. Como en el cuento de Blancanieves, la madrastra preguntaba, “Espejito, espejito, ¿quién es la más bella de todas?”. Este cuento representa a la madre amenazada, y por tanto hostil.

Los mejores padres no ponen el acento en las cualidades de Afrodita, y valoran la inteligencia, la amabilidad o su talento para el arte.

En la adolescencia y primeros años de adulta, dada la doble moral existente, podría labrarse una mala reputación y tener una imagen negativa de ella misma. Otro riesgo es un embarazo inesperado o enfermedades de trasmisión sexual. También a poder padecer una cáncer cervical al final de su vida.

Si va a la universidad, los aspectos sociales sean los más importantes. Normalmente no se centrará en una carrera o en objetivos profesionales a largo plazo.

En el trabajo, le gusta la variedad y la intensidad. Es común encontrarla en el arte, en la música, la escritura, la danza o el teatro, o también como terapeuta, editora, maestra… O bien detesta su trabajo o lo adora, y le dedica tiempo extra. A diferencia de Atenea o Artemisa, ella no planifica el éxito de su trabajo.

En relación a los hombres, se ven atraídas por hombres creativos, complejos, con cambios bruscos de humor, o emocionales. Estos hombres normalmente no tienen ambición profesional, ni desean ser maridos o padres.

Pueden ser hombres con una relación de amor/odio hacia las mujeres. Puede ser un hombre introvertido con poca relación social, que busca la compañía que ella le ofrece. Ella se siente atraída por la intensidad de sus sentimientos y encienden una conexión apasionada entre ellos. Un hombre así puede ser como un volcán reprimido a punto de erupción, el atractivo de Afrodita puede despertar en él sentimientos de cólera, inferioridad o miedo a la pérdida.
Otro tipo de hombre atraído hacia ella, es un hombre fanfarrón, y emocional, unb“supermacho”. Impaciente, y con poca tolerancia a la frustración. 
Estas combinaciones de “actuemos ahora y pensemos después”, produce interacciones apasionadas, con peleas y reconciliaciones continuas. Si la mujer Afrodita tiene tendencia al flirteo, éste puede volverse violento.

El hombre que se comporta como joven eterno también puede atraer a Afrodita. Este hombre puede ser tramposo, indisciplinado y carismático. No le interesa comprometerse, y ella no debería contar con que lo haga. Es un Peter Pan que nunca creció. Pero si él es capaz de comprometerse, la relación puede sobrevivir, porque ninguno de los dos es celoso ni posesivo. Pueden estar implicados y ser independientes a la vez.

A menudo es difícil para Afrodita conseguir un matrimonio duradero y monógamo. Puede que siga un patrón de relaciones en serie, como la actriz Elisabeth Taylor.

En relación a otras mujeres, es raro que soporte la mala voluntad de otras mujeres, y suele tener dificultad en imaginar la hostilidad y los celos que produce. Ella no es posesiva ni celosa.

A los hijos, los tratan sin ser críticas y sin juzgarlos. Afrodita quiere a los niños y viceversa. Los hijos prosperan y desarrollan su individualidad si también hay en ella cualidades de Deméter. Si falta Deméter, será inconstante en su atención, y tendrá consecuencias negativas para ellos. Si su atención inconstante se centra en un hijo, puede alterar sus futuras relaciones con las mujeres, su autoestima y su potencial de depresión.

Envejecer puede que sea una realidad devastadora para ella. Tal vez no se de cuenta que lo que atraía a otras personas no era sólo su belleza física. No será un momento difícil para mujeres que están o siguen involucradas en un proceso creativo.

Algunas envejecen con gracia y vitalidad. Mantiene una actitud joven, a medida que cambia de una experiencia o de una persona a otra.

Como dificultades psicológicas, ella debe saber cómo contener a Afrodita en algunas circunstancias y cómo actuar en otras. Su manera de ser puede ser malinterpretada por hombres que creen que ella está interesada en ellos sexualmente. Ésto crea hostilidad hacia ella, y debería aprender a ser más impersonal en algunas relaciones.

Si crece en una cultura o entorno que condena la sexualidad en las mujeres, puede suprimir su sensualidad y negar una parte esencial de su yo, su vitalidad y su espontaneidad.

Como tienden a vivir el presente, puede actuar como si sus acciones no tuvieran consecuencias futuras o no existieran lealtades. Si aprende a pensar en las consecuencias antes de actuar, será más responsable, aunque pueda continuar hiriendo a otras personas, ya que ella sigue a su corazón.

Lo hombres pueden pasar a ser víctimas. Deja tras de sí una serie de hombres heridos, deprimidos o enfadados que se sienten rechazados por ella, o utilizados. Debe aprender a amar a alguien con todas sus imperfecciones, “que es un ser humano imperfecto y no un dios” pg. 334. Estar un período de tiempo suficientemente largo para aceptar los defectos de su pareja.

Las mujeres que son infelices por amor pueden ser víctimas de Afrodita. La mujer está enamorada de alguien que la maltrata o la desprecia, está deprimida y es infeliz pero no se decide a cambiar su situación. Otro patrón es el de la mujer que se enamora de alguien que no quiere tener nada que ver con ella. Puede perseguirle, y impedirse la posibilidad de tener otra relación durante años. Ella debe liberarse de esta “maldición” de amor, viendo lo destructivo de su comportamiento.

Como desarrollo personal, conocer el arquetipo es muy útil para liberarse de la culpabilidad de ser quiénes son. Tienen que darse cuenta que deben cuidar sus propios intereses porque la diosa no hace por ellas. Si se vuelve consciente del patrón, para no quedar ella herida o para que los que quiere no resulten heridos, se produce un cambio fundamental.

Aprender a permanecer en situaciones difíciles o confusas hasta que se clarifican, y aprender a considerar las prioridades. Observar y esperar, para adquirir control de la situación de manera indirecta, en lugar de expresar el enfado o sus necesidades que crea más frustración. Poner algo de distancia emocional en las relaciones, para poder ver los detalles y lo que es importante. Y por último, establecer un objetivo y mantenerlo ante las peticiones de ayuda de los demás, para poder determinar el curso de su propia vida. Como en el mito, estas tareas ponen a prueba el valor y la determinación y desarrollará capacidades y fuerza. Pero como en el mito, ella sigue arriesgando todo por amor, y gana.








sábado, 8 de junio de 2013

Las Diosas de cada Mujer. Perséfone

La diosa Perséfone, que los romanos llamaban Proserpina o Cora. Fue venerada como la “doncella” o la Koré (que significaba joven adolescente), y como reina del mundo subterráneo. Era una esbelta y bella diosa, que reinaba sobre las almas muertas, guiaba a los vivos que visitaban el mundo subterráneo, y pide para sí lo que desea.

Si Perséfone proporciona la estructura de personalidad de una mujer, predispone a no actuar, sino a dejarse actuar por los demás. También hace que la mujer parezca eternamente joven.

Como doncella y reina del mundo subterráneo, las mujeres pueden ser influenciadas por uno o los dos aspectos del arquetipo.

La Koré, es la “doncella sin nombre”, representa a la joven adolescente que no sabe quién es y no es consciente de sus deseos y sus fuerzas. “Hagan lo que hagan no parece que sea “de verdad””. “Algunas mujeres tienen una actitud de eternas adolescentes, indecisas sobre qué o quien quieren ser cuando “crezcan”, a la espera de que alguien o algo transforme sus vidas” pg. 264.

La hija tipo Perséfone quiere agradar a su madre. Puede que la madre parezca fuerte e independiente, pero necesite a su hija cerca y refuerce la dependencia. A veces, el padre es dominante y entrometido y hace que su hija sea dependiente. Su actitud también puede ser engañosa y encubrir un apego emocional respecto a su hija.

Pero la cultura también refuerza este arquetipo, dónde la pasividad y la dependencia de las mujeres se equiparan a la femineidad.

La receptividad innata de la mujer Perséfone, la hace muy maleable. Su patrón de comportamiento es como el de un “camaleón”, para “probarse” cualquier cosa que los demás esperen de ella.

En Japón, la mujer ideal se parece a Perséfone. Es silenciosa, recatada, complaciente, “permanece con encanto en segundo plano, pero se anticipa a las necesidades de los hombres y externamente acepta su destino” pg. 267.

Como arquetipo del mundo subterráneo puede representar al inconsciente, o el lugar dónde los recuerdos y sentimientos han sido “enterrados”. Perséfone puede ir y venir entre la realidad y el inconsciente.

Perséfone es familiar para muchas mujeres en la etapa de juventud, cuando eran indecisas y estaban llenas de posibilidades. También se puede reactivar en las mujeres tras un tiempo de pérdida y depresión, para volver a ser receptiva a nuevos cambios.

Las mujeres que tienen a Perséfone pueden estar receptivas al cambio y jóvenes de espíritu toda la vida.

Las mujeres tipo Atenea o Artemisa que saben lo que quieres y son centradas, pueden desarrollar a Perséfone, para saber esperar a que las situaciones cambien o los sentimientos se clarifiquen, Las mujeres tipo Hera o Deméter que pueden quedar atrapadas en sus expectativas, pueden dar más valor a la receptividad, reteniéndose de emitir juicios críticos.
También desarrollando una actitud receptiva y benevolente hacia una misma, en vez de ser impaciente y autocrítica.

Perséfone puede parecer más joven de lo que es, o algo “infantil” en su personalidad. “Una especie de “cuida de mi”, que puede permanecer en la mediana edad y posteriormente” pg. 271.

La niña Perséfone es una “niña buena”, que quiere agradar, hace lo que le dicen, y se pone lo que eligen para ella.
Si a la niña Perséfone se la ayuda, puede aprender a confiar en su interior para saber qué quiere hacer. Si se la presiona a actuar, hará lo que quieren los demás y aprenderá a ser pasiva.

Una hija Perséfone no suele contradecir la impresión de que quiere las mismas cosas que su madre quiere para ella. Es común el modelo de relación Deméter-Perséfone, en que la madre trata a la hija como una extensión de sí misma. Si es una madre tipo Atenea, se preguntará “Cómo he podido tener una princesa así?”. Muchas Perséfone no tienen relaciones cercanas con sus padres, por que sea un marido tradicional o por ser desalentados por la posesividad de la madre hacia la hija.

En la adolescencia, un padre o una madre muy entrometidos perturban el desarrollo de su hija. Puede que vaya a la universidad, pero puede distraerse con facilidad y/o le falta confianza.

Tiende a tener varios trabajos, más que permanecer en un a profesión, “y gravita alrededor de donde se encuentra su familia o amigas” pg. 275. Puede que sea despedida por no cumplir lo plazos o faltar mucho al trabajo. En tareas a largo plazo, suele ir retrasándolas como si esperase que a ser rescatada de la tarea o como si tuviera todo el tiempo del mundo. Tiene mejores resultados en trabajos que no exigen iniciativa, o capacidades de supervisión. Si ella madura hasta convertirse en reina del mundo subterráneo, puede que entre en un mundo creativo o espiritual y trabaje de terapeuta, persona psíquica, o artista.

Esta mujer está a gusto con mujeres que son como ella. Si la han tratado como a una persona frágil, “considerará el tratamiento como algo que se le debe” pg 276. Su amiga más íntima suele ser alguien de fuerte personalidad, ya que ella evoca respuestas maternales de otras mujeres.

Tres clases de hombres son atraídos por mujeres Perséfone, los que son jóvenes e inexpertos como ella; “hombres rudos”; y los hombres que se encuentran incómodos con mujeres maduras.
La relación con un hombre puede ser la manera de que Perséfone se separe de una madre dominante. Puede pasar a ser el objeto a poseer en una lucha entre la madre y el hombre. A veces Perséfone escoge a un hombre de una clase social o raza diferente. Puede que la madre no apruebe su personalidad, porque sea “rudo” o desconsiderado, pero la capacidad para oponerse a su madre es una de las razones por las que la hija se vio atraída por él.

Si ella consigue separarse de su madre, cambiará para no ser la persona complaciente que fue anteriormente.

Su sexualidad puede estar dormida, a la espera de ser despertada. Cuando despiertan a la sexualidad, tiene un efecto positivo en su autoestima.

El matrimonio es algo que le pasa, cuando un hombre la convence para que diga que “sí”. Ceden ante la persona más fuerte, y son elegidas por los hombres, no al revés. Casada, puede que se vea “atrapada” entre su marido y su madre. O puede que se transforme y evolucione, y se activen arquetipos de Hera, Deméter o Afrodita.
Un marido recién casado describía:”Me trata como si yo fuera el responsable de haber arruinado su vida, cuando todo lo que había hecho era enamorarme de ella y querer casarme” pg. 280. Estas mujeres se casan con reservas mentales, está parcialmente comprometida. Puede pasar parte de su tiempo casada, y el resto fantaseando sobre otros hombres.

Si es madre, puede seguir siendo una hija que piensa en su madre como una “madre real” y de ella misma como en alguien que está jugando el papel. Los hijos pueden reaccionar de formas diferentes, si tienen una personalidad más fuerte, pueden acabar diciéndole lo que tiene que hacer. Estas hijas pueden decir: “Yo no tuve madre, era la madre” pg. 281. Si ambas son Perséfone, se vuelven parecidas y se hacen mutuamente dependientes.
Si tienen hijos seguros de sí mismos pueden sentirse tratadas como víctimas o “desbordadas”. Ella no mostrará “quién es el que manda”, puede que se sienta impotente y no pueda establecer límites. O puede buscar una manera indirecta para cambiar el foco de atención: mimarle para que cambie de humor, engatusarle para que cambie de idea, distraer su atención o disgustarse para que se sienta culpable o avergonzado.

Algunos hijos evolucionan positivamente, ya que sus madres son respetuosas con ellos y admiran en ellos el espíritu de independencia que a ellas les falta. También pueden nutrir la imaginación de sus hijos, por llevarles a valorar su vida interna.

Cuando envejece, puede obsesionarse con cada arruga y línea de la cara. Pueden surgir depresiones, cuando toma conciencia de que los sueños que tuvo como algo posible están ya fuera se su alcance. Si está identificada con la “doncella”, puede que niegue la realidad, se haga un “lifting”, o se peine y se vista como si fuera más joven. Es vulnerable a la depresión, y puede que su comportamiento se vuelva cada vez menos adecuado.
Si ha madurado y ha tomado responsabilidades, puede evitar la depresión y marcar el final de una larga adolescencia.

En la vejez, si ha evolucionado, puede parecer una anciana sabia y espiritual que ha superado sus miedos a envejecer y morir. En el peor de los casos, puede que nunca se recupere de una depresión, y quede derrotada y cautiva en su propio mundo.

Como dificultades de personalidad, puede ser fácilmente dominada por los demás, y tener falta de dirección y de impulso. Pero también es la diosa presenta más salidas de crecimiento personal.

“Ella vive en una Tierra de Nunca Jamás, como Wendy con Peter Pan, jugando sin rumbo en la vida” pg. 284. Si quiere evolucionar, tiene que volver, como Wendy. Para crecer, ella debe aprender a comprometerse, acabar los estudios, permanecer en un trabajo, casarse, o criar a un hijo, son cometidos difíciles para ella. “Debe luchar contra la indecisión, la pasividad y la inercia” pg. 284.
En relación al matrimonio, debe oponerse al presupuesto sin fundamento que el matrimonio es siempre algo contra lo que hay que luchar o que hay que sufrir.

“El carácter taimado, la mentira y la manipulación son problemas potenciales de su carácter… Pueden aprender a conseguir lo que quieren de manera indirecta” pg. 286. Suelen evitar el enfado, y se sienten dependientes de la generosidad de otras personas que perciben con más poder.

El narcisismo es otro punto a superar, suelen estar tan centradas en sí mismas que pierden su capacidad para relacionarse con los demás. Sus pensamientos están dominados por cuestiones sobre sí mismas: ¿Qué aspecto tengo?, ¿Soy suficientemente lista?, … Su energía se dirige al maquillaje o la ropa, y la gente sólo existe para darles reflejos de ellas mismas”.

Ella puede sufrir depresión cuando está limitada o dominada por otros que mantienen su dependencia. Si se deprime, es una depresión casi oculta, “como el trabajo de la carcoma en la madera” pg. 287. Su personalidad se retrae, su pasividad se hace mayor y sus emociones inaccesibles. “Es como mirar una flor marchita” pg. 287.

Al contrario que la mujer Deméter deprimida, que no pasa desapercibida y ejerce una gran efecto en los que la rodean. Antes de estar deprimida pudo haber sido una persona esencial y con mucha energía, y se produce un cambio espectacular en su comportamiento. Pero Perséfone nunca tomó responsabilidades, y simplemente se marchita un poco más. Si Deméter se deprime, hace que los demás se sientan culpables, impotentes o se enfaden con ella por el reproche que suscita. Perséfone no crea estos sentimientos en los demás. Ella se siente culpable y merecedora de reproche. “Con frecuencia se siente culpable por algo que dijo, pensó o hizo.” pg 288. Deprimidas pueden retirarse a un mundo de vida imaginaria, dónde sólo ellas tienen acceso. Algunas son susceptibles a la psicosis, a vivir en un mundo interno lleno de imágenes simbólicas y con percepciones alteradas de ellas mismas. Si entra en la psicosis y la supera, puede emerger más evolucionada y con una conciencia mayor de ella misma.

Como vías de desarrollo personal, Perséfone debe luchar con la “doncella” que lleva dentro. Decidir casarse, y así madurar, o embarcarse en una carrera profesional y permanecer en ella.
También puede evolucionar cuando se enfrenta a la vida por sí misma, puede que sea después de divorciarse. No se transforman con el matrimonio, y cuando se divorcia se tiene que enfrentar a la necesidad de trabajar o a pagar las facturas. Ya no tienen a nadie que haga las cosas por ellas o nadie a quien culpar.

También puede evolucionar si activa el arquetipo de otras diosas en ella. Si su sexualidad está dormida, puede despertar a ella y tener una conexión con Afrodita. Se puede transformar en una señora sensual y atractiva.
Algunas mujeres Perséfone pueden desarrollar las cualidades de una sacerdotisa y ser guiadas por el espíritu, desarrollar su capacidad psíquica que le facilita la recepción de percepciones extrasensoriales. Como alguien que ha tenido experiencias sobrecogedoras, visiones o alucinaciones, puede transmitir lo aprendido a través de ellas y convertirse en una guía espiritual para los demás.